viernes, 13 de junio de 2014

Murciélagos


Murciélagos se descuelgan de los aleros bajo los que contrajimos matrimonio. Cruje la putrefacta madera de los bancos. Aquella mañana llegaste con flores en el pelo. Brillaba el sol y ojos de todos los colores se giraron a verte pasar. Nos cogimos de la mano. Dijiste que sí aunque ahora ya no importe. El tiempo ha ido borrando quienes éramos. Tus ideas, tus palabras y hasta tu voz me son desconocidas. Cuando nos veo atrapados en las sombras, fantasmas todavía vivos, no niego mi culpabilidad aunque, como canta Tom Waits, sólo eres inocente cuando duermes.