Di adiós a la impotencia sexual, a los
hechizos, al mal de ojo, recupera a tu amor perdido, atrae a quien te atrae, acaba
con la maldición del vendedor… Volví a leer, muy despacio, tomando aire entre
sílabas: “La-mal-di-ción-del-ven-de-dor”. Llamé enseguida: “Maestro Sané, llevo
casi un año como eventual en Carrefour, vendo electrodomésticos”. Esa misma
tarde me recibió en su buró. La ceremonia fue rápida, precisa, indolora. Sané
hizo llover pétalos azules sobre mi cabeza. Luego, devoró un murciélago traído
desde remotas tierras francesas. Finalmente, canturreó un salmo tan evanescente
como el humo de su incensario. Salí de allí ya libre, pero no fue hasta un mes
después, cuando mi último contrato terminó y por primera vez no me renovaron,
que se produjo el milagro. Aunque ahora estoy oyendo muchas cosas del nuevo
chico de Electrodomésticos. Mis antiguos compañeros me llaman y cuentan de este
tal Sané que me sustituye. Yo les pregunto si es maestro. Todos coinciden: “No,
no, otro eventual”.
miércoles, 21 de septiembre de 2016
MAESTRO SANÉ
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