miércoles, 21 de septiembre de 2016

MAESTRO SANÉ

Di adiós a la impotencia sexual, a los hechizos, al mal de ojo, recupera a tu amor perdido, atrae a quien te atrae, acaba con la maldición del vendedor… Volví a leer, muy despacio, tomando aire entre sílabas: “La-mal-di-ción-del-ven-de-dor”. Llamé enseguida: “Maestro Sané, llevo casi un año como eventual en Carrefour, vendo electrodomésticos”. Esa misma tarde me recibió en su buró. La ceremonia fue rápida, precisa, indolora. Sané hizo llover pétalos azules sobre mi cabeza. Luego, devoró un murciélago traído desde remotas tierras francesas. Finalmente, canturreó un salmo tan evanescente como el humo de su incensario. Salí de allí ya libre, pero no fue hasta un mes después, cuando mi último contrato terminó y por primera vez no me renovaron, que se produjo el milagro. Aunque ahora estoy oyendo muchas cosas del nuevo chico de Electrodomésticos. Mis antiguos compañeros me llaman y cuentan de este tal Sané que me sustituye. Yo les pregunto si es maestro. Todos coinciden: “No, no, otro eventual”. 

lunes, 12 de septiembre de 2016

La casa de Asterión

En el Carrefour donde trabajo hay catorce puertas de acceso y de salida, y catorce ventanales. También son catorce las cajas, los mostradores y las galerías del centro. Aquí todo suma catorce menos yo, me explica Asterión, al que algunos apodan el 'hombre toro'. Es vigilante nocturno. Suelo acompañarle durante sus rondas. Siempre está hablando del redentor, aquel que llegará y le hará libre. ¿No serás tú, Fernando?, me pregunta. Únicamente vengo como eventual, contesto, a quien esperas se llama jubilación. Y Asterión ríe mientras recorremos el pasillo de los libros, al tiempo que él va acariciando cada tomo; sé que si se aburre, se sienta a leer. ¿Te gusta Borges, Asterión?, indagué una noche. Por primera vez, vi al toro. Estremecedor su bufido: Aquí sólo vendéis novedades. 

--------------------
'La casa de Asterión', original de Jorge Luis Borges.