martes, 27 de junio de 2017

(en) una noche de verano

Una vez (en) una noche de verano llovieron tantas estrellas que la sombrilla jugó a ser paraguas y tu playa, (el) cielo. Acabábamos de ver cómo el último avión (llegado) desde el continente aterrizaba (en sus alas) las primeras luces sobre la ciudad. Y tú, con tu cámara siempre a mano por nada, para todo: fotografía del atardecer, de aquellos dos hangares, de nosotros juntos y tras la pista del aeropuerto mientras detrás se nos cae el sol (casi) encima. Ahora es una foto de mí, de espaldas, caminando (contigo) hacia la playa. Allí, extenderemos la toalla (amarilla), nos sentaremos y descorcharemos esta y otra (y también otra) cerveza. Porque querrás brindar con cada (penúltima) estrella fugaz, centelleante, casi invisible una vez, (en) una noche de verano.