martes, 8 de mayo de 2018

VÉRTeGO


En la terraza más alta de uno de los más altos edificios de todo Madrid, el vértigo se me cae a los pies con cada nueva palabra de tus labios. Al murmullo de las cervezas, rodeados de pensamientos y nomeolvides, no sé cuánto llevamos hablando esta tarde casi atardecida. Tampoco sé bien decir qué nos decimos. Pero hay un conjuro en tu hablar cadencioso, esperanzado, irresistible. Supongo que es el momento. Pero los momentos nunca duran, si lo(s) piensas. Aunque ahora vas y sonríes. Adiós, vértigo.